Esta tarta tiene una peculiaridad y es que me pidieron que pudiera aguantar sin frío unas 5 horas, porque iban a visitar una bodega antes de darle la tarta al cumpleañero e iban a estar lejos de casa. La verdad es que no tiene mucho misterio. A mi favor, que la temperatura en diciembre es baja (a pesar de estar en Murcia y de ver algunos individuos en manga corta -sí, os lo aseguro, yo tengo alumnos que vienen en manga corta a clase en diciembre y en enero y se quedan tan anchos...) y que hoy en día conocemos bastantes rellenos que aguantan bien sin frío durante unas horas. Yo opté por el de dulce de leche, que podéis hacer en casa muy fácilmente. Sólo tenéis que poner un bote de leche condensada a hervir al baño maría (esto es, una olla llena de agua y el bote dentro de la misma cubierto totalmente por el agua) durante unas 4 horas. Si es una olla express (que yo no tengo), probablemente en un par de horas esté listo. Después dejáis el bote enfriar y cuando lo abráis...¡sorpresa! La leche condensada se ha convertido en dulce de leche. Riquísimo. Para comérselo a cucharadas, vamos.
Por casualidades de la vida, el cumpleañero se llamaba igual que uno de los grandes vinos Rioja, "Faustino". Así que quedó genial: su nombre en la botella y en la tarta ;-P
Os dejo más fotitos, por si os pueden dar ideas. ¡Un besito y gracias por leerme!
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